I R U Ñ A - V E L E I A |
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No es solo un yacimiento arqueológico, es mucho más: es el nombre de la injusticia que se está cometiendo contra unos arqueólogos. Es el nombre de la injusticia contra un descubrimiento que puede ser de gran valor para la historia y para el euskera. Veleia fue una ciudad romana y ahora un yacimiento arqueológico situado a 10 km al oeste de Vitoria-Gasteiz, de titularidad pública a nombre de la Diputación Foral de Álava, en el que se han realizado excavaciones desde el siglo XIX. En los años 2005 y 2006 la empresa Lurmen S.L., entonces encargada de la gestión del yacimiento y dirigida por Eliseo Gil e Idoia Filloy, descubrió unos cientos de piezas de época romana con los llamados «grafitos de carácter excepcional»: inscripciones con figuras de la vida diaria, de tema cristiano, de personajes mitológicos, con jeroglíficos, con textos en latín, en griego y en euskera. |
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Algunas de las inscripciones en euskera (aparecidas en estratos que los arqueólogos sitúan en el siglo III), contienen oraciones completas, lo que hace que este hallazgo sea un tesoro cultural de gran importancia para el estudio histórico del euskera, adelantándose en siete siglos a las Glosas Emilianenses. El 08-06-2006 Eliseo Gil, Joaquín Gorrochategui y Henrike Knörr (los dos últimos, filólogos de la Universidad del País Vasco) presentaron públicamente el excepcional descubrimiento. Este extraordinario hallazgo, sin embargo, acabó tachado de falso por la Diputación Foral de Álava y la Universidad del País Vasco, quienes trataron de ningunear y hacer olvidar el descubrimiento. La Diputación expulsó el 19-11-2008 al equipo arqueológico de Lurmen S.L. y presentó el 24-03-2009 en el Juzgado una querella contra Eliseo Gil. Lleva pues todos estos años criminalizado públicamente como si fuera un falsificador, sin que nadie haya presentado una sola prueba fehaciente, sino solo teorías y opiniones. Pero nadie acude a la Ciencia, como se hace en todos los demás casos: dirigirse a laboratorios competentes e imparciales que pongan fecha a los grafitos, y formar un equipo arqueológico imparcial que excave en el lugar para ver si ahora aparecen o no más grafitos. |
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Con los documentos que acreditan lo que se expone, la historia de este gran hallazgo puede resumirse en estos dieciséis cuadros: |
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