Y a i b a s i e n d o h o r a |
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Después de once larguísimos años de proceso judicial, por fin hay fecha fijada para el juicio: el 3 de febrero de 2020. Las declaraciones mediáticas de la Diputación Foral de Álava, la Universidad del País Vasco y El Correo han tenido mucho tiempo para señalar un culpable e incluso condenar ya de antemano públicamente a Eliseo Gil de haber falsificado los grafitos, sin presentar ninguna prueba. Pero el Tribunal no va a entrar en si los grafitos son falsos o auténticos, sino que va a juzgar el objeto de la acusación, los presuntos "daños sobre el patrimonio". Y el Gobierno Vasco también ha participado en la acusación, a petición del Juzgado de Instrucción, valorando los daños presuntamente ocasionados en 600 € por pieza, o sea, en total 285.600 €. Tamaña exageración es incomprensible: |
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Para ejercer Justicia, al Tribunal no pueden servirle ni teorías ni conjeturas ni elucubraciones ni hipótesis (algunas pueden verse en los cuadros 1, 3 y 9); el Tribunal necesita evidencias, la prueba de cómo aparecieron las piezas, como la imagen 1 o como la imagen 2. Y solo hay una forma de conseguir la evidencia: determinar la época en que han sido grabados los grafitos, si son recientes o no. La Ciencia tiene tecnología para hacerlo. Es tan sencillo como que el Tribunal ordene que laboratorios internacionales especializados analicen unas muestras de los grafitos, y de paso que ordene que un equipo arqueológico internacional excave donde entonces hallaron las piezas a ver si, a pesar de los once años que el yacimiento ha estado sin precinto judicial, aparecen ahora más grafitos o no. Esa analítica no es solo Eliseo Gil quien lleva pidiéndola desde el principio, sino que la propone también el informe que el Juzgado de Instrucción pidió a de la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (ESCRBC). Dicho informe, a pesar de la tergiveración hecha por el juzgado en su auto de 2017, expone que "no pueden avalar la autenticidad de los grafitos de Iruña-Veleia sin la realización de las pruebas propuestas en el epígrafe anterior > (Propuestas de ampliación de la investigación)". Es más; incluso el informe contradictorio del IPCE llega a proponer al Juzgado que se haga un análisis complementario, afirmando respecto a la misma pieza del cuadro 7: "Dadas las incertidumbres que presenta la pieza, puede ser de interés proceder a la retirada controlada de las costras que aún persisten para verificar de forma inequívoca la presencia o ausencia de texto bajo las mismas". El Juzgado despreció las propuestas que hacían estos informes requeridos por él mismo. |
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